viernes, 16 de enero de 2015

¿DÓNDE ESTÁN TODOS LOS LÍDERES ?

 
En estos días viendo la serie de televisión de "EL JEFE INFILTRADO" recordaba a James C. Hunter  abogado consultor americano, conocido por sus libros La paradoja y La claves de la paradoja. El relata lo siguiente sobre la esencia del liderazgo.
 
 Como estudiante ávido y educador sobre liderazgo y especificamente sobre liderazgo con vocación de servicio, a menudo me he preguntado si todavía queda algo por decir sobre el tema.
 ¡ Una búsqueda en Amazon.com  muestra que existen más de 280.000 libros sobre liderazgo y gestión empresarial ! Y cada año aparecen decenas de miles de páginas escritas sobre liderazgo en revistas y periódicos.

 Cada año, tres cuartos de las corporaciones norteamericanas envían a su personal a cursos de liderazgo y gastan una suma estimada en 15.000 millones dólares en consultores y cursos para los ejecutivos que integran los equipos de liderazgo. Pero más  del 90 por ciento de lo que invierten las organizaciones en los cursos de desarrollo y formación para el liderazgo es una pérdida de tiempo y dinero.
En efecto, los gerentes recibirán información acerca del liderazgo y probablemente terminarán las clases con una sensación de entusiasmo y desconcierto. Sin embargo, menos del 10 por ciento cambiará realmente su conducta como resultado del curso.

 Hoy tenemos en Estados Unidos aproximadamente  2.500.000 graduados en administración de empresas, y este año tendremos otro 110.000  graduados. Muy a mi pesar, he observado que muchos jóvenes brillantes que ingresan a las organizaciones después de graduarse en las mejores universidades de nuestra nación intentan impresionar a todos con lo que saben, pero ignoran la simple verdad de que a la gente no le interesa lo que usted sabe hasta que sabe lo que a usted le interesa. He conocido a demasiados graduados en administración de empresas que son idóneos para administrar pero incapaces de liderar.

 Una investigación reciente de la organización Gallup revela que más de dos tercios de las personas que renuncian a sus empleos lo hacen a causa de un gerente ineficaz o incompetente. En otras palabras, casi todas las personas que se marchan de una organización no renuncia por la compañía, renuncia por su jefe. Por lo tanto, hemos llegado a una situación incongruente con las ideas que predicamos.

 Con esta abundancia de recursos dirigidos al desarrollo del liderazgo, uno podría suponer fácilmente que abundan los grandes lideres, o al menos los buenos líderes. ¿Pero dónde están? Me preocupa que si alguna vez llegara  el proverbial visitante de Marte y dijera "¡ Lléveme con su líder !", no tendríamos la menor idea de dónde encontrarlo.

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