En el año 1899 cuatro reporteros de Denver, Colorado, coincidieron por casualidad un sábado por la noche en una estación de trenes de Denver. Al stevens, Jack Tournay, John Lewis y Hal Deshilare trabajaban para los cuatro diarios de Denver: el Post, el Times, el Republican, y el Rocky Mountain News.
Cada uno de los reporteros tenía la tarea de encontrar una noticia como primicia para la edición dominical de respectivos periódicos, esperando entrevistar a un personaje célebre que llegaría esa noche en tren a Denver.
Sin embargo, nadie llegó y los reporteros se pusieron a pensar qué harían. Mientras discutían las opciones en un bar cercano, Al sugirió que inventaran una noticia. Los otros tres se rieron de la idea, al comienzo. Pero no transcurrió mucho tiempo sin que se pusieran todos de acuerdo con lo propuesto: inventarían una mentira tan extraordinaria que nadie dudaría de ella y los respectivos directores los felicitarían por la noticia.
Una noticia falsa sobre una cuestión local se descubriría fácilmente, y por eso decidieron escribir sobre algún lugar bien distante. Se pusieron de acuerdo en que ese lugar sería la China.
- ¿ Qué tal si decimos que unos ingenieros norteamericanos, que se dirigían a la China, nos informaron que participarían en la licitación de un gran proyecto del gobierno chino: la demolición de la Gran Muralla?
Hal no estaba muy seguro de que la noticia fuera creíble.
- ¿ Por qué querrían los chinos derribar la Gran Muralla China ?
- Como una señal de buena voluntad internacional, para abrir las puertas del país al comienzo con el extranjero.
A las once de la noche los reporteros se habían puesto de acuerdo en cuanto a los detalles y los cuatro periódicos de Denver publicaron la noticia, en primera página. El titular del Times ese domingo fue: "¡ La Gran Muralla China será destruida! Pekín en busca del comercio mundial!"
Por supuesto, la noticia no era sino la increíble invención de cuatro periodistas que se habían reunido en un bar de un hotel. Pero lo asombroso es que el cuento fue tomado seriamente y reproducido rápidamente por otros periódicos norteamericanos y aun del extranjero.
Cuando los chinos se enteraron de que los norteamericanos estaban enviando una cuadrilla de demolición para echar abajo la Gran Muralla, la mayoría se indignó y hasta se enfureció. Particularmente encolerizados estaban los miembros de una sociedad secreta constituida por patriotas chinos ya predispuestos contra toda clase de intervención extranjera. Movidos a la acción por la la falsa información, éstos atacaron las embajadas extranjeras destacadas en Pekín y asesinaron a centenares de misioneros foráneos.
Durante los siguientes dos meses, doce mil soldados provenientes de seis países, actuando juntos, invadieron China para proteger a sus compatriotas. La matanza que se produjo en esa ocasión, como resultado de una falsa información de prensa originada en un bar de Denver, fue el periodo de violencia conocido desde entonces como la Rebelión de los Bóxers.
Las palabras tienen mucho poder tanto escritas como habladas. Naciones han surgido y naciones han caído por causa de la lengua.Vidas han sido elevadas y vidas han sido destruidas por la lengua del hombre. La lengua una cosa tan pequeña es sin duda una fuerza poderosa.
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