" El principio más arraigado en la naturaleza humana es el deseo ardiente de ser reconocido por los demás"
William James
Un joven político que iba a pronunciar su primer discurso, estaba ansioso por impresionar al publico; pero cuando llegó al auditorio había sólo un hombre sentado allí.Esperó a ver si llegaban más personas; pero nadie más apareció. Finalmente le dijo al único hombre que estaba en el auditorio:
-- Mire, soy un político joven que recién comienza.
¿Cree usted que deba pronunciar el discurso o suspender la reunión? El hombre pensó por un momento y luego respondió:
--Soy sólo un vaquero. Sólo sé de vacas. Pero, por supuesto, sé que si descargo una cantidad de heno y solo viene una vaca a pastar, a esa yo la alimento.
Principio: No podemos subestimar el valor de una sola persona.
Siguiendo el consejo del vaquero, el político comenzó a pronunciar su discurso y se mantuvo hablando y hablando durante dos horas mientras el vaquero permanecia sentado inexpresivamente.
Finalmente, cesó de hablar y le preguntó al vaquero si el discurso había estado bien.
El hombre le respondió:
-- Señor, sólo soy un vaquero y sólo sé de vacas. Pero, por supuesto, sé que si descargo una cantidad de heno y sólo viniera una vaca a pastar, no le daría todo el heno a esa vaca.
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